jueves, 2 de diciembre de 2010

Oblivion.

"Siempre hay que hacer cierta diferenciación entre lo bello y lo bonito, pues lo bonito, a fin de cuentas, te deja indiferente."
Soy caminante, un ser deforme atrapado en una humanidad dismorfóbica, manida y desfigurada. Gusano fénix que no renacerá una vez más con la certeza de verse sumergido en detritus de nuevo. Mi función está cumplida, he caido y me he levantado, sólo por eso ya merezco absolución, aunque no la imploro.
Prefiero un Tutmosis III enfurecido, capaz de borrar mi nombre de todas aquellas pupilas que algún día me miraron y repararon en mí.
Pido olvido porque siento vergüenza, pido venganza por los vericuetos que recorrí.
Aqui sentado, no importa dónde, cerca de ti, observo el ocaso tras las ruinas de mi civilización, y no sentimos nada, nunca lo hemos hecho en realidad. Te recuerdo entre brumas, en un profundo letargo, pálida, contemplándome con tus inescrutables ojos marrones, te acercas y expiras "¿Quién eres?", detonando la caja. Me colvulsiono entre imágenes, sonido y midriasis. Yo soy tú, soy nosotros, soy humanidad y compasión, soy caminante y soy camino, soy vida. Y tú, que me miras seria, apagada y tranquila, sin mí no serías, como yo sin ti tampoco, por mucho que haya ignorantes que nos crean opuestos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario