La historia que pretendo contaros no es moral, siquiera alegre o triste, sin giros retóricos e importancia. Su protagonista es un señor que nació y murió. Tuvo una vida apacible, mujer e hijos y un sueño. Sueño que como en algunas historias reales no alcanzó por mucho que se esforzara; no tuvo en cuenta que, a veces, los finales justos no existen. Pero ese no fue su mayor error, aunque dado que él nunca lo descubrió, no creo pertinente narrar, ya que, a fin de cuentas, ésta, es su vida.
Confío que aún así haya quedado lo suficientemente claro pues precisamente aquello que no vivió es la importancia de relatar su insípida existencia
Confío que aún así haya quedado lo suficientemente claro pues precisamente aquello que no vivió es la importancia de relatar su insípida existencia
Hombre Carla! te he reconocido por tus dibujos jeje. Ya me pasaré con más tiempo por tu blog. :)
ResponderEliminarA ver cuándo carajo retomas esto, que primero enganchas a la gente y luego le creas síndrome de abstinencia, eres una desalmada...
ResponderEliminar